En su primer día como el 47.º presidente de Estados Unidos, Donald Trump no tardó en generar controversia. Entre las órdenes ejecutivas firmadas por el mandatario, una destacó por su audaz iniciativa: cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”. Aunque la medida aún no tiene respaldo internacional, algunos actores locales ya comenzaron a adoptarla.
El estado de Florida se convirtió en el primero en referirse oficialmente al Golfo como “Golfo de América”. Esto ocurrió en una orden ejecutiva emitida anoche por el gobernador Ron DeSantis, en la que declaró estado de emergencia por la tormenta invernal que azotará el Panhandle de Florida. En el documento, se lee: “CONSIDERANDO que un área de baja presión que se mueve a través del Golfo de América, interactuando con el aire del Ártico, traerá un clima invernal generalizado e impactante al norte de Florida a partir del martes 21 de enero de 2025”.
El magnate tecnológico Elon Musk, conocido por sus comentarios polémicos, reaccionó en redes sociales afirmando: “‘Golfo de América’ suena muy bonito”, lo que ha provocado aún más debate en las plataformas digitales.
Sin embargo, expertos y medios internacionales advierten que el cambio de nombre no es oficial. The New York Times reportó que Trump no ha emitido una orden ejecutiva que formalice el renombramiento a nivel nacional. Además, el diario británico The Independent destacó que cualquier modificación de denominaciones marítimas debería pasar por la Organización Hidrográfica Internacional (IHO), en la cual participan tanto México como Estados Unidos.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aclaró en una rueda de prensa que el decreto promovido por Trump se limita a la plataforma continental estadounidense. “En el resto del mundo, el Golfo continuará llamándose Golfo de México”, aseguró.
Mientras tanto, esta medida simbólica de Trump ya ha generado reacciones polarizadas en redes sociales y entre la comunidad internacional. Algunos analistas lo ven como un intento de reforzar el nacionalismo estadounidense, mientras que otros lo consideran una provocación innecesaria hacia los países vecinos.
El debate está servido, y queda por ver si otras entidades gubernamentales de Estados Unidos seguirán los pasos de Florida o si esta iniciativa quedará como una mera declaración simbólica.