El Ejército israelí lanzó un ataque aéreo sobre Irán en la madrugada del 13 de junio, según confirmaron fuentes estadounidenses. Las Fuerzas de Defensa de Israel detallaron que la operación se enfocó en objetivos nucleares y militares estratégicos, y fue descrita como una ofensiva “preventiva y precisa”.
“Se espera un ataque con misiles y drones en respuesta”, declaró el ministro de Defensa israelí, Israel Katz. Ante esta amenaza, se declaró el estado de emergencia en todo el país y se suspendieron actividades no esenciales. La situación ya genera alarma internacional.
Estados Unidos negó haber participado en el ataque. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que la prioridad es proteger a las tropas estadounidenses desplegadas en la región. El presidente Trump ordenó la evacuación del personal no esencial en Medio Oriente y emitió directrices de seguridad a todas las embajadas.
El exvicepresidente Mike Pence respaldó públicamente el ataque con un tuit incendiario: “Irán debe ser detenido. ¡América está con Israel!”, escribió. Estas declaraciones se producen mientras EE.UU. y Teherán intentaban alcanzar un nuevo acuerdo nuclear.
Israel justificó su acción alegando que Irán no ha cumplido con las obligaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica. La Junta de Gobernadores del OIEA concluyó esta semana que Teherán ha violado sus compromisos por primera vez en 20 años.
La tensión geopolítica se encuentra en su punto más alto en décadas. El conflicto entre Israel e Irán amenaza con expandirse y arrastrar a otros países a una guerra abierta. La pregunta ahora es si habrá espacio para la diplomacia o si el mundo ha cruzado un punto de no retorno.
