Un equipo de astrónomos ha descubierto el planeta TOI-6894b, un gigante gaseoso del tamaño de Saturno, orbitando una diminuta estrella enana roja. Este hallazgo desconcierta a la comunidad científica, ya que los modelos actuales no pueden explicar cómo se formó un planeta tan grande alrededor de una estrella tan pequeña.
La estrella anfitriona tiene apenas el 20 % de la masa del Sol, y su disco protoplanetario no debería haber tenido suficiente material para crear un planeta gigante. Aun así, TOI-6894b existe y representa un misterio astronómico que podría cambiar nuestra comprensión de la formación planetaria.
El planeta es frío y de baja densidad, características que lo hacen ideal para estudios atmosféricos. Los científicos planean utilizar el telescopio espacial James Webb para analizar su composición en los próximos meses, en busca de compuestos como metano o amoníaco.
Este descubrimiento podría indicar que los planetas gigantes alrededor de estrellas pequeñas son más comunes de lo que se pensaba. Si se confirma, implicaría una revisión profunda en las teorías actuales de formación planetaria.
El hallazgo es especialmente relevante porque las estrellas enanas rojas son las más abundantes en la galaxia. Si pueden albergar planetas gigantes, podría haber muchos más sistemas planetarios diversos de lo que imaginamos.
Los próximos años serán cruciales para desentrañar este misterio cósmico. TOI-6894b podría ser solo el primero de muchos mundos que obliguen a reescribir los libros de texto de astronomía.
