Astrónomos dieron a conocer descubrimientos que arrojan luz sobre dos de los fenómenos cósmicos más misteriosos: la famosa señal Wow!, captada en 1977, y una ráfaga rápida de radio (FRB) registrada en 2025.
El proyecto Arecibo Wow!, encabezado por científicos de la Universidad de Puerto Rico, reanalizó más de 75 mil páginas de registros históricos, concluyendo que la señal original fue cuatro veces más intensa de lo estimado, alcanzando 250 Janskys. Además, corrigieron la frecuencia a 1420.726 MHz, lo que sugiere que la fuente se movía más rápido de lo pensado.
Los expertos creen que la señal se originó en una nube fría de hidrógeno iluminada por un fenómeno transitorio, como el destello de un magnetar, descartando así teorías sobre un posible origen extraterrestre.
Por otro lado, un grupo internacional de astrónomos localizó el origen de la FRB 20250316A, conocida como RBFLOAT. Este destello liberó en milisegundos la energía que el Sol emite en cuatro días. Fue rastreado hasta la galaxia NGC 4141, a 130 millones de años luz de la Tierra.
La localización se logró gracias al sistema CHIME, que permitió triangular la señal con una precisión equivalente a encontrar una moneda de 25 centavos a 100 kilómetros de distancia.
Ambos avances representan un hito para la astronomía moderna: por un lado, permiten entender mejor procesos cósmicos extremos, y por otro, consolidan la capacidad de los científicos para ubicar con exactitud eventos que antes parecían inexplicables.