Una nueva caravana migrante, la octava en menos de tres meses, saldrá de la frontera con Guatemala en busca de avanzar al norte de México el próximo jueves 12 de diciembre, informaron organizadores.
De acuerdo a la convocatoria que circula en redes sociales y grupos de mensajes como WhatsApp, la cita es en el Parque Bicentenario- de donde han partido otros contingentes- la noche del miércoles para emprender la caminata los primeros minutos del jueves.
“Necesitamos mínimo dos mil personas (…) se hará en ese horario y así cogemos la noche y nos cansamos menos, por favor prioridad para mujeres y niños y personas mayores”, se lee en una cadena de mensaje que difunden los propios migrantes.
Unos 9 mil 500 migrantes han salido de la frontera sur en siete caravanas de octubre a la fecha, coincidentemente desde el inicio de la administración federal de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El cinco de octubre pasada salió una con 800 integrantes, el 13 de octubre fueron unos 600 extranjeros y el 20 de octubre partió una numerosa de 2 mil personas.
El 5 de noviembre, justo el día de la elección presidencial en Estados Unidos, dos grupos salieron de Chiapas, uno de Tapachula con unas 2 mil 500 personas y otro de Tuxtla Gutiérrez con alrededor de 500 indocumentados. Dos semanas después, el 20 de noviembre, un grupo de mil 500 migrantes emprendió la travesía hacia el norte.
Apenas el pasado 2 de diciembre salió el más reciente grupo conformado por alrededor de mil 500 migrantes principalmente de países de centro, Sudamérica y El Caribe.
De acuerdo al testimonio de los propios extranjeros, tienen prisa de llegar a la frontera con Estados Unidos e intentar ingresar a ese país ya sea de manera legal a través de la petición de asilo por la aplicación de CBP One o de manera irregular antes que Donald Trump asuma la presidencia debido a sus amenazas de endurecer las políticas migratorias e incluso cerrar la frontera con México.
Organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos y de migrantes han advertido que el endurecimiento de las políticas migratorias tanto en Estados Unidos como México podría dejar a los indocumentados a merced del crimen organizado.
LaJornada