Un vuelo de Condor Airlines entre Corfú y Düsseldorf tuvo que desviarse de emergencia al sur de Italia, luego de que uno de sus motores emitiera llamas y destellos que alarmaron a pasajeros y tripulación. El Boeing 757, identificado como vuelo DE 3665, despegó el sábado 16 de agosto con destino a Alemania, pero a 10 mil 900 metros de altura la tripulación detectó una anomalía en la turbina derecha.
El aparato aterrizó sin incidentes mayores en el aeropuerto de Brindisi a las 20:15 horas locales, con 273 pasajeros y ocho tripulantes a bordo. Ninguno resultó herido, aunque varios relataron escenas de pánico. “Mandé mensajes de despedida, pensé que no saldríamos vivos”, dijo un viajero a medios alemanes.
En redes sociales circuló un video no verificado que mostró ráfagas de fuego y un fuerte ruido proveniente del motor. La imagen de un avión en aproximación con destellos se viralizó rápidamente, alimentando la cobertura internacional mientras la aeronave aún estaba en vuelo.
La aerolínea Condor aseguró a la revista -People- que nunca existió peligro real para los pasajeros. Explicó que lo visto desde tierra correspondió a un fenómeno químico en la combustión, y no a un incendio interno. No obstante, admitió que el motor registró parámetros fuera de lo normal y por eso se activó el protocolo de desvío.
Tras el aterrizaje, los pasajeros enfrentaron complicaciones logísticas en Brindisi, donde no hubo suficiente capacidad hotelera. Condor entregó cupones, mantas y habilitó tiendas en el aeropuerto mientras gestionaba un avión de reemplazo para completar el trayecto hacia Düsseldorf.
El incidente, actualmente bajo investigación técnica, se suma a una larga lista de emergencias aéreas donde la pericia de la tripulación evitó una tragedia. La empresa subrayó que la seguridad de los pasajeros fue siempre la prioridad, mientras especialistas revisan la aeronave afectada.