Un polluelo de águila filipina, nacido por inseminación artificial, falleció recientemente, generando un nuevo revés en los esfuerzos por conservar esta especie amenazada. La Fundación Águila Filipina informó que la muerte se debió probablemente a una infección bacteriana.
El “polluelo número 30”, nacido apenas 17 días antes, representaba una esperanza para la preservación de este majestuoso depredador del bosque, conocido por su distintivo plumaje y sus dos metros de envergadura. La especie enfrenta un grave declive debido a la pérdida de hábitat y la caza.
Actualmente, solo existen 392 parejas en estado salvaje y 30 en cautiverio. Los intentos por liberar ejemplares criados en cautiverio han sido infructuosos durante los 37 años de operación de la fundación. Además, cada par requiere al menos 4,000 hectáreas de bosque para subsistir, un recurso en constante disminución.
El director de la fundación señaló que las águilas filipinas presentan dificultades naturales para aparearse, lo que complica aún más los esfuerzos de reproducción en cautiverio. A esto se suma la amenaza de cazadores y accidentes relacionados con infraestructura eléctrica.
Pese a los desafíos, la fundación reitera su compromiso con la conservación de esta especie emblemática de Filipinas, símbolo de la lucha por proteger la biodiversidad.