—Los morenos ahora están del otro lado de la barra
—Mal el chocolate del malestar
¡Agárrense! porque parece que en la 4T ya aprendieron a celebrar, aunque la piñata traiga piedras. Resulta que Claudia Sheinbaum salió muy sonriente a presumir que, tras una “buena” charla con Donald Trump, México logró posponer 90 días el arancelazo del 30% a productos mexicanos.
Lo que no se dice es que ese “gran acuerdo” lo único que hace es darle aire al T-MEC, pero deja a nuestras exportaciones bailando en la cuerda floja. Dicen que no hubo condiciones extra, que el respeto fue la clave y que el país quedó mejor parado que otros. Pero la neta es que seguimos pagando un 20% de aranceles y, con la prórroga, lo único que se celebró fue una tregua… de esas que a la menor provocación pueden voltearse.
En Palacio nacional están que no caben del gusto porque, según ellos, evitaron “nuevos impuestos”. Pero ¿alguien le preguntó a los productores, empresarios y trabajadores afectados si de verdad sienten que ganaron algo?
La política del zapato, así como quien dice con el pie en el cuello—es la que sigue imperando. Festejamos tiempo extra, sí, pero seguimos en la cancha del vecino y con el árbitro inclinado. Ojalá que en estos 90 días no nos den otro balonazo… porque el marcador, por ahora, no está a favor de México.
P.D. Por si alguien tenía dudas, en la diplomacia de la 4T la estrategia parece ser “patear el bote”… pero ojo, que el bote, tarde o temprano, puede regresar y darnos en la espinilla. ¡Ups!
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quién lo diría, Morena, el partido que nació en medio de megacampamentos y consignas de “voto por voto, casilla por casilla”, ahora se rasga las vestiduras cuando la ciudadanía exige transparencia y cuestiona los resultados.
memoria selectiva o miedo al karma, resulta que Luisa María alcalde, la presidenta guinda, anda recordando con nostalgia aquellos días de 2006, cuando AMLO y compañía tomaron Paseo de la Reforma y no dejaron que nadie olvidara su desacuerdo con los números electorales.
según ella, de ahí salió “la fuerza que nos llevó a palacio nacional”. Hasta podcast van a sacar para contar esa epopeya campista, muy modernos.
No falta quien diga que ese movimiento fue el parteaguas que redefinió la política nacional y tampoco quien se pregunte si a casi dos décadas, Morena está dispuesto a aplicar sus propias lecciones de resistencia, pero ahora desde el otro lado del mostrador.
Porque cuando se trata de protestas ajenas, el discurso cambia: que si son desestabilizadores, que si atentan contra la democracia, que si solo buscan reflectores. La congruencia bien, gracias. así es cuando la revolución se vuelve institución: lo que antes era heroico, hoy resulta incómodo.
Mientras preparan el guion para su podcast con la historia de la resistencia, ojalá no olviden los plantones, ni las carpas, ni la voz de la gente en la calle, porque la política da vueltas y nunca falta quien termine del otro lado, sufriendo su propia medicina.
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El chocolate del Bienestar, más que bienestar, parece brindar malestar. Aunque el gobierno intentó presentarlo como una opción saludable, lo cierto es que el producto ostenta tres sellos negros: exceso de sodio, exceso de calorías y exceso de azúcares.
¿Dónde quedó entonces el discurso sobre la alimentación saludable en las escuelas? ¿Con qué autoridad moral podrá Claudia Sheinbaum exigirle a Bimbo, Sabritas, Coca-Cola y otras empresas que reduzcan sus ingredientes y eviten estos mismos sellos?
No hay que olvidar que los hermanos López están involucrados en el negocio de los chocolates. Como dice el dicho: “piensa mal y acertarás”. Sin embargo, la luna de miel del gobierno con el electorado parece continuar, dándoles margen para este y otros dislates.