—Casas chiquitas 4T, memorias largas
–Les paran su carro a cazadores ecológicos
—Entre beis y grilla… se juegan la gubernatura
Los rumores de que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del expresidente López Obrador, se fue a vivir a España no sólo encendieron el WhatsApp de las tías y de unos cuantos chismosos, sino también le metieron el compresor al ventilador de las especulaciones.
Mientras algunos medios españoles y opositores casi la veían paseando por la Puerta de Alcalá y tomando café en el Barrio de Salamanca, Beatriz salió con bata de maestra para desmentir lo que llamó “un ataque mediático”, asegurando que sigue en México y que no tiene planes de mudanza ni de trámites migratorios. Eso lo dijo en una carta que circuló por el ominoso mundo de las redes sociales y mesas de redacción de todos los medios.
Eso sí, la aclaración se tardó unos días en llegar, tiempo suficiente para que los malpensados armaran todo tipo de especulaciones.
Y para colmo, la presi Claudia Sheinbaum, en plena mañanera, salió a defender a la escritora, pero curiosamente no dijo ni pío sobre los trámites migratorios y, como quien dice, dejó la puerta entreabierta.
Por otro lado, no se puede negar que la migración es un tema caliente en México. Unos se van por inseguridad, otros por buscar mejores oportunidades, y unos cuantos por puro gusto. El éxodo no es exclusivo a Estados Unidos, aunque últimamente España ha ganado terreno como el destino favorito de quienes buscan “olvidar la memoria política” y reinventarse bajo un cielo más europeo.
Eso sí, entre cartas aclaratorias, mensajes en redes y defensas en la mañanera, lo que quedó claro es que la bola de cristal política funciona a base de suspicacias. “Piensa mal y acertarás”, dicen por ahí, pero también hay que preguntarse: ¿no estaremos desviando la atención de los temas que realmente importan? Porque mientras aquí especulamos sobre el posible exilio dorado de Beatriz, el país sigue esperando respuestas sobre educación, salud y seguridad.
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Qué curioso es el vaivén de la grilla nacional, y es que los mismos grupos que antes levantaban la voz contra las casas chiquitas construidas en los gobiernos del neoliberalismo, ahora parecen no saber dónde poner la cara cuando el Infonavit se descuelga con viviendas de apenas 60 metros cuadrados.
Ya ni cómo echarle la culpa al pasado, porque los que ahora mandan solían criticar los antiguos modelos donde, hay que decirlo, al menos las casas llegaban a 90 metros.
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Resulta que los chicos de Ecología del Municipio se pusieron duros y salieron a la caza… pero no de los que tiran basura, sino de carros sin engomado ecológico. Eso sí, la movida levantó tanto polvo que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar tuvo que salir, literal, a apagar el fuego en su semanera.
El rumor de que iban a instalar retenes para atrapar a los conductores sin su calcomanía verde corrió como pólvora. Pero el edil, en modo “no pasa nada, tranquilos todos”, aseguró que de operativos nada. Que no es para tanto y que no habrá retenes a diestra y siniestra.
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¡Vaya que el Campeonato Estatal de Beisbol 2025 está para romper quinielas y levantar polvareda! Resulta que la final entre los Indios de Juárez y los Dorados de Chihuahua dejó de ser sólo un duelo deportivo y se convirtió en una auténtica batalla de poder donde cada uno ya se puso la camiseta… pero no precisamente la del equipo favorito, sino del PAN y de Morena.
Cuentan los que saben que no faltaron los “amarranavajas” que, con singular alegría, le colocaron la casaca de los Dorados al alcalde Marco Bonilla y vistieron de Indio a Cruz Pérez Cuéllar, cada uno apuntando a la gubernatura y soñando con sentarse en la oficina principal de palacio estatal. ¡Sí, como si el partido se jugara en las urnas y no en el Estadio!
La rivalidad está más picante que nunca. Nadie quiere que Morena y Cruz Pérez Cuéllar se adueñen del estadio en Ciudad Juárez cuando toque jugar en casa, ni que Bonilla se apodere del marcador en Chihuahua. Y así, entre porras, gritos y matracas, se juega el verdadero “clásico” político del año, donde el beisbol es pretexto y la política, la verdadera liga.
El campeonato no se decidirá sólo por carreras y strikes, sino por el colmillo y la estrategia de quienes quieren gobernar el estado. Que tiemblen las bardas, porque aquí el home run será político.
 
			         
														