–Explotan amparos y nadie sabe quién los pidió
–Mueve los hilos del gran circo de la grilla nacional
Lo que parece una trama digna de película dominguera, se está cocinando en las esferas más altas del poder nacional. Resulta que el escándalo del huachicol fiscal —ese negocio que de por sí ya huele feo— ahora trae enredados a los mismísimos hijos del presidente López Obrador.
Y no es cualquier chisme, documentos filtrados de la Fiscalía General de la República los ponen como presuntos protectores del clan de los sobrinos del ex secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán. ¡Ahora sí que la marea está brava!
Según los reportes, los vástagos presidenciales habrían solicitado sendos amparos pa’ no caer en las garras de la justicia. Eso sí, tanto Andy como Gonzalo juran y perjuran que no movieron ni un dedo, que ni vieron los juzgados y mucho menos firmaron papeles.
Pero como dice el dicho: “el que nada debe, nada teme”… aunque su nombre aparece en una investigación oficial y, para acabarla, está relacionado como supuesto protector de la red de huachicol fiscal más grande del país.
La cosa se pone sabrosa cuando entra al quite el actual secretario de Marina, que anduvo señalando a su antecesor porque, según él, dejó que los sobrinos hicieran y deshicieran desde la mismísima Secretaría. Uno de esos sobrinos ya está tras las rejas y el otro anda jugando a las escondidas. ¡Así el vaivén en el alto mando!
Pero atención, porque los amparos misteriosos salieron de dos juzgados: uno en la Ciudad de México y otro en Zacatecas. Lo curioso es que, en los papeles, firmó ni más ni menos que Francisco Rodríguez McDonald, el famoso abogado que ha defendido a peces gordos como Rafael Caro Quintero.
Peeero el buen Paco dijo que él no tramitó nada, ni firmó, y hasta piensa denunciar por andar usando su nombre. ¡Vaya enredo!
No faltó quien sacara la carta aclaratoria. Andy López Beltrán, hijo presidencial y pieza clave en Morena, tronó en redes y acusó que todo es un montaje, orquestado por “el hampa del periodismo” y la “mafia del poder económico”. Ya nomás faltó que dijera que la prensa se lo come con salsa valentina, salecita y limón.
Y para que no quede duda, estos recursos legaloides —los famosos “amparos buscadores”— se tramitan para saber si hay orden de aprehensión en contra y, en este caso, existen y protegen a los herederos de AMLO. Pero nadie sabe, nadie supo quién los promovió: ni los hijos, ni el abogado.
Así que, mientras todos se echan la bolita, la gran pregunta sigue flotando: ¿quién movió los hilos de los amparos? ¿Quién está detrás del circo y maroma legal? Y, sobre todo, ¿hasta dónde llegará el escándalo del huachicol fiscal en la cúpula del poder?
Por lo pronto, la trama sigue y esto apenas comienza. ¡Sigan atentos, porque la función política en México nunca decepciona!