Un cepillo de baño con la figura de Donald Trump, fabricado en China como artículo paródico, se convirtió en fenómeno de ventas tras el aumento de aranceles entre Estados Unidos y China en abril de 2025.
El objeto, con cabello amarillo que recuerda al expresidente, surgió originalmente durante su primer mandato, pero resurgió como símbolo de burla y apoyo a la industria local. Fabricantes de la ciudad de Yiwu, conocida por su producción masiva de plásticos, reportaron un incremento inusual de pedidos y viralización en redes sociales.
Los precios del cepillo oscilan entre 13,9 y 18,9 yuanes (1,9 a 2,6 dólares). Para muchos consumidores chinos, adquirirlo representa un gesto de respaldo a las fábricas afectadas por las tarifas impuestas desde Washington.
La tendencia incluso derivó en expresiones de rechazo hacia Estados Unidos: un restaurante de Wuhan aplicó un recargo del 104 % a clientes estadounidenses, acompañado por un cartel que invitaba a “presentar quejas en la embajada”.
El cepillo se transformó así en un inesperado emblema cultural de la tensión comercial y política entre las dos potencias.