Destilan grilla y buenos deseos en Shangri La
Ortiz sacude el estilo aletargado en Juárez
Dicen por ahí que a los políticos no les caería nada mal bajarse tantito del pedestal y convivir con la raza de vez en cuando.
Pues ayer le tocó a la gobernadora Maru Campos darse su respectivo “baño de pueblo”, y vaya que lo disfrutó: no solo saludó a las señoras, sino que hasta tuvo tiempo de acariciar el lomito de un peludo callejero durante la entrega del Centro y Comedor Comunitario Parajes de San José.
La verdad, esos detallitos sencillos de la gober hablan más fuerte que cualquier discurso. Se le notaba súper tranquila, relajada y feliz de poder entregar un Centro Comunitario justo a una comunidad que ya le urgía que los voltearan a ver sus gobernantes.
La gobernadora no solo se dejó ver cercana y en modo relajado, sino que también aprovechó para dejar claro algo importante: la apertura del Centro Comunitario no es solo para que la gente tenga un espacio, sino para que sepan que no están solos ni solas.
En sus palabras, reconoció que la carga de los problemas diarios puede ser pesada y que muchos ya están cansados de lidiar con ellos, pero insistió en que el gobierno está ahí para acompañarlos y traerles un poco de esperanza, no solo con palabras bonitas, sino con hechos concretos.
Por eso hizo énfasis en que el comedor y el servicio médico “Medi Chihuahua” están para que la comunidad los use y se beneficie de verdad. Es decir, más que promesas, la gober quiere que la gente vea que sí se están cumpliendo las cosas, y que el apoyo es tangible, no solo de discurso. Así que, entre saludos, abrazos, palabras bonitas y caricias al lomito, también dejó claro que el compromiso es real y para todos.
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Port la tarde noche la gobernadora Maru Campos asistió a la posada de los titulares de las dependencias estatales en la zona norte, el convivio navideño fue en el exclusivo restaurante de comida china Shangri La.
Allí estuvieron todos, no faltó ninguno, destilaron grilla, y buenos deseos para lo que viene para el penúltimo año del gobierno marucampista.
Pero más allá de los brindis y las charlas entre funcionarios, lo que vale la pena destacar es cómo la llegada de Carlos Ortiz a la representación del gobierno estatal ha marcado un antes y un después en la manera en que el gobierno de Maru Campos se deja sentir en las colonias.
Antes, muchos decían que el gobierno estatal era como un vecino de esos que ni saludan: lejano, frío y nomás se asomaba para la foto. Ahora, gracias a la coordinación que trae Ortiz, las dependencias han hecho equipo y se han metido de lleno a las colonias, llevando servicios, programas y hasta escuchando de frente las broncas de la gente.
Eso de ver a funcionarios en la colonia ya no es tan raro, y la raza lo ha notado. Ya no es solo el discurso bonito, sino la presencia real. Hay quienes hasta reconocen que, por fin, el gobierno estatal dejó de ser ese fantasma y ahora sí se siente que hay alguien cerca para echar la mano.
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Pero ojo, que el cambio de percepción no es poca cosa y viene justo en tiempos de elecciones, donde Ciudad Juárez se juega el todo por el todo.
Aquí el número de votantes es clave y, para ser sinceros, Morena anda liderando la simpatía, así que el esfuerzo de Maru Campos y su equipo no puede aflojar.
Si quieren que la gente siga creyendo en este nuevo estilo de gobierno más cercano, deben mantener la marcha, seguir metidos en las colonias y reforzar la coordinación de las dependencias. Todos como uno solo, y no anteponiendo intereses políticos electorales personalísimos y mezquinos de algunos.
Así que todavía les falta trabajo del hora a hora, del día a día, de la semana a semana… vale remarcar que el tema de las precampañas es una chinga… pero como dicen los agricultores que ahora andan tomando puentes; el surco es largo, la tierra es dura y con esos bueyes, por ahora, tienen que arar.
En Juárez como en todos los municipios del país, las elecciones se ganan en la calle, con la gente, no solo en los eventos de alto perfil. Si el gobierno baja la guardia, Morena les puede comer el mandado sin que se den cuenta.
