Después de 286 días varados en la Estación Espacial Internacional (EEI), los astronautas Barry “Butch” Wilmore y Sunita Williams regresaron a la Tierra con un inquietante cambio: su cabello estaba completamente encanecido. Su larga estadía no programada en el espacio provocó graves afectaciones en sus cuerpos, alertando a la comunidad científica sobre los efectos extremos de la gravedad cero.
El retorno de los astronautas fue un espectáculo seguido por decenas de espectadores, quienes no tardaron en notar la transformación. Más allá de las canas, ambos científicos lucían notablemente frágiles, lo que desató preocupaciones sobre su salud.
Investigaciones previas han señalado que la exposición prolongada al espacio puede causar alteraciones genéticas, pérdida de densidad ósea y muscular, e incluso envejecimiento acelerado. La NASA ha advertido que los vuelos espaciales afectan el sistema inmunológico de manera similar al proceso de envejecimiento en la Tierra.
Un estudio de 2016 sugirió que la ingravidez altera la expresión genética de los folículos pilosos, lo que podría explicar el repentino encanecimiento. Además, el estrés oxidativo inducido por los viajes espaciales es otro factor que podría haber acelerado el envejecimiento visible en los astronautas.