ARIZONA, EE.UU.— Un hombre de 62 años ingresó a un hospital con intensos dolores abdominales y una confesión insólita: tenía un “cuerpo extraño” alojado en el recto. Tras una revisión médica, los doctores descubrieron que se trataba de un juguete infantil luminoso.
El examen inicial localizó el objeto a unos 7 centímetros de profundidad, lo que obligó a realizar una colonoscopía menor para evaluar el estado de los tejidos. Los médicos hallaron inflamación y aumento del flujo sanguíneo, lo que complicaba una extracción convencional.
El cuerpo extraño, una esfera plástica de 6.5 centímetros con rostros caricaturescos, contenía bolillas metálicas y un líquido rojo en su interior, lo que elevaba el riesgo de lesiones.
El equipo médico desarrolló una técnica no quirúrgica y mínimamente invasiva que permitió retirar el juguete sin necesidad de realizar incisiones ni someter al paciente a anestesia general.
La intervención resultó exitosa y el hombre fue dado de alta el mismo día, sin complicaciones posteriores.
Especialistas destacaron la importancia de recurrir a métodos menos agresivos en este tipo de emergencias. “La extracción de cuerpos extraños rectales es más común de lo que se cree”, explicó uno de los médicos tratantes, “y los avances técnicos permiten evitar cirugías innecesarias que pueden dañar los tejidos”.
