En el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, Perú, las autoridades arrestaron a un ciudadano surcoreano de 28 años que intentaba salir del país con un cargamento insólito: 320 tarántulas, 110 ciempiés y nueve hormigas bala. Los animales, transportados en bolsas herméticas atadas a su abdomen, provenían de la región amazónica de Madre de Dios y estaban destinados al mercado internacional.
El detenido planeaba viajar a Corea del Sur con escala en Francia, según informó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). La fauna confiscada quedó bajo custodia de las autoridades, mientras la Fiscalía de Delitos Ambientales de Perú inició una investigación. Este caso destaca la amenaza del tráfico ilegal de animales, un delito global que afecta la biodiversidad y genera millones de dólares en ganancias ilícitas.
En Perú, el tráfico de fauna está regulado por la Ley N.º 29763, que impone multas de hasta 5000 Unidades Impositivas Tributarias (equivalentes a más de 6.5 millones de dólares) y penas severas en casos que involucren especies en peligro de extinción. Según expertos, la alta demanda de animales exóticos, como tarántulas y hormigas bala, impulsa este comercio clandestino.
Las autoridades hacen un llamado a la colaboración internacional para combatir este flagelo y subrayan la importancia de la sensibilización para reducir la demanda de animales exóticos.