En un mensaje dirigido a la población y a la oposición, Nicolás Maduro advirtió que las fuerzas revolucionarias están preparadas para activar su “mayor escudo” si se materializan acciones imperialistas o intentos de derrocar al gobierno. El mandatario subrayó que la clase obrera constituiría la columna vertebral de una respuesta masiva.
Maduro aseguró que, ante una agresión extranjera que buscara derrocar al Ejecutivo, se declararía una “huelga general, insurreccional, revolucionaria” y que los movimientos populares —obreros, campesinos, pescadores y comunidades— saldrían a las calles con armas si fuera necesario. “No se movería un alfiler… verían el desfile de millones”, afirmó.
El presidente afirmó además que estas medidas no son teorías: “Lo hemos ensayado y lo hemos tenido preparado”, aseguró, en referencia a planes de movilización y defensa popular. El tono del discurso busca reforzar la idea de unidad popular y disuasión frente a amenazas exteriores e interiores.
La advertencia se produce en el marco de las maniobras costeras y del fortalecimiento del equipamiento militar del país, y se suma a las denuncias de operaciones encubiertas en territorio venezolano por parte de servicios extranjeros, según el Ejecutivo.
Organizaciones y gobiernos internacionales han reaccionado de distintas maneras ante las declaraciones; mientras Caracas las presenta como legítima defensa, críticos las ven como escalada retórica que puede aumentar la polarización interna y la tensión regional.
