Washington D.C. — La batalla política entre Donald Trump y Barack Obama alcanzó un nuevo clímax este jueves, cuando el expresidente demócrata respondió con dureza a las acusaciones de “traición” lanzadas por su sucesor sin pruebas.
En un comunicado contundente, Patrick Rodenbush, portavoz de Obama, calificó las declaraciones como “descabelladas” y una “distracción débil”. La respuesta surge tras las afirmaciones de Trump, quien acusó a Obama de haber orquestado la “conspiración rusa” para sabotear su elección.
Trump hizo las declaraciones desde la Casa Blanca, señalando también a exfuncionarios como John Brennan y James Clapper. Las palabras del expresidente republicano coinciden con un informe de la Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, que minimiza la injerencia rusa de 2016, algo duramente criticado en el Capitolio.
El senador Mark Warner y el congresista Jim Himes acusaron a Gabbard de favorecer teorías conspirativas. Diversas investigaciones, incluida la de Robert Mueller, confirmaron la operación rusa, pero no implicaron a Obama en ningún delito.
Analistas consideran que los ataques de Trump buscan desviar la atención de su propio vínculo con Jeffrey Epstein, especialmente ahora que el caso vuelve a los titulares.
Expertos legales advierten que el uso de la palabra “traición” de forma política sienta un precedente peligroso. La oficina de Obama, esta vez, ha dejado claro que no tolerará más “tonterías sin fundamento”.
