WASHINGTON, D.C.— El presidente Donald Trump reconoció que en un plazo de dos semanas tomará una de las decisiones más trascendentales de su mandato: involucrar o no a Estados Unidos en el conflicto entre Irán e Israel.
“Si hay oportunidad para la diplomacia, el presidente la tomará. Pero no teme recurrir a la fuerza”, declaró su portavoz Karoline Leavitt desde la Casa Blanca, al confirmar que Trump ha sostenido tres reuniones en tres días con su gabinete de seguridad.
La situación se torna más tensa tras siete días de guerra entre Irán e Israel. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que su país ha destruido más de la mitad de los lanzamisiles iraníes, y acusó a Teherán de representar una doble amenaza: nuclear y balística.
Trump fue ambiguo al ser cuestionado sobre una posible ofensiva estadounidense: “Tal vez lo haga, tal vez no”, respondió. Sin embargo, la Casa Blanca confirmó que Irán podría construir un arma nuclear en solo 15 días si lo ordena el ayatolá Jamenei.
El entorno ultraconservador de Trump, incluido Steve Bannon y Tucker Carlson, ha expresado su rechazo rotundo a una intervención militar, recordando los costos humanos y económicos de conflictos pasados.
El mundo espera con tensión la decisión del mandatario, mientras diplomáticos internacionales intentan mediar para evitar una escalada que podría poner en riesgo la estabilidad global.