El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que las fuerzas militares norteamericanas llevaron a cabo un segundo ataque contra una embarcación que, según la Casa Blanca, partió de Venezuela y transportaba drogas con destino a territorio estadounidense. En su mensaje en la red Truth Social, el mandatario aseguró que en la operación murieron tres hombres a los que calificó de “terroristas” y afirmó que ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido.
Trump describió la acción como un “ataque cinético” realizado en el área de responsabilidad del Comando Sur (SOUTHCOM), y defendió la medida como parte de una campaña para perseguir a “cárteles del narcotráfico y narcoterroristas extraordinariamente violentos” que, dijo, representan una amenaza para la seguridad nacional y los intereses vitales de EE.UU. El presidente acompañó su declaración con un video corto que, según varios medios, muestra una explosión y fuego en una embarcación.
En su publicación, Trump puso énfasis en el peligro que —a su juicio— suponen sustancias como la cocaína y el fentanilo, llamando a los traficantes a “tener cuidado”: “Si están transportando drogas que pueden matar a estadounidenses, ¡los cazaremos!”, escribió el mandatario. Funcionarios del gobierno y aliados de la Administración han defendido previamente el uso de la fuerza como una respuesta a lo que consideran una amenaza inminente por parte de organizaciones criminales en la región.
La operación descrita por Trump se produce semanas después de un primer ataque atribuido a las fuerzas estadounidenses que, según Washington, destruyó otra embarcación y causó la muerte de 11 personas. Esos acontecimientos elevaron la tensión con Caracas y desencadenaron críticas en el Congreso y llamados a aclarar la base legal y la jurisdicción de las operaciones militares para combatir el narcotráfico en alta mar.
Desde Venezuela la reacción oficial fue inmediata y de condena: el presidente Nicolás Maduro y su gabinete han calificado las acciones estadounidenses de “agresión” y han acusado a Washington de utilizar la lucha antidrogas como pretexto para hostigar al gobierno venezolano y poner en riesgo la estabilidad regional. Hasta ahora, el Ministerio de Comunicación de Venezuela no había emitido una versión detallada confirmando el origen o la naturaleza de la embarcación atacada.
La comunidad internacional y legisladores dentro de EE.UU. siguen buscando más detalles: medios y congresistas solicitaron a la Administración pruebas que respalden las afirmaciones sobre la carga y la identidad de los tripulantes, y hay preguntas sobre la legalidad de disparar contra embarcaciones en aguas internacionales sin un mandato claro de autoridades judiciales o de cooperación regional. Mientras tanto, Washington mantiene activos recursos militares en el Caribe, en lo que funcionarios describen como una escalada de operaciones para interceptar rutas de narcotráfico.