El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrió su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas con un tono inusual: bromeando sobre una serie de fallas técnicas que marcaron su paso por la sede del organismo. Primero, relató que esa misma mañana, acompañado de la primera dama Melania Trump, quedó varado en un elevador que se detuvo a mitad del trayecto. Más tarde, ya en el estrado, su teleprompter dejó de funcionar, obligándolo a leer “desde el corazón”.
“Me siento muy feliz de estar aquí con ustedes, y de esa manera se habla más desde el corazón”, dijo Trump al público, entre risas de los líderes mundiales reunidos en Nueva York. “Solo puedo decir que quien esté operando este teleprompter está en serios problemas”, añadió, mientras la avería le obligaba a improvisar.
El mandatario retomó su discurso con un guion impreso, pero aprovechó para aludir de nuevo al incidente del elevador. “Todo lo que obtuve de la ONU hoy fue un elevador que se detuvo a la mitad y un teleprompter que no funcionaba. Si la Primera Dama no estuviera en tan buena forma, habría caído. Pero ambos estamos en buena forma y resistimos”.
La escena fue captada en video y difundida por la revista Forbes, que mostró cómo Trump cedía el paso a Melania al subir al elevador antes de que este se detuviera de manera repentina. La primera dama, sin perder la compostura, comenzó a subir los escalones detenidos mientras el presidente la seguía.
Una vez resuelta la falla, el teleprompter volvió a funcionar en medio del discurso. “Y, por cierto, ahora ya funciona”, comentó el mandatario, arrancando nuevas carcajadas de la audiencia.
Más allá de las anécdotas técnicas, Trump aprovechó la tribuna para presentarse como pacificador, asegurando haber terminado con siete guerras que, según dijo, la ONU no pudo detener. En una intervención que duró casi una hora —cuatro veces más que el tiempo sugerido para cada líder—, el presidente volvió a criticar a Naciones Unidas por su falta de eficacia y presumió sus propios logros en política exterior.
