En 2023, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec volvió a colocarse en el centro de la atención pública luego de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó posibles irregularidades por 8.6 millones de pesos en uno de los contratos vinculados con la rehabilitación ferroviaria de la Línea Z.
El hallazgo se convirtió en el segundo incidente de gravedad identificado en menos de un mes, de acuerdo con el informe derivado de la revisión de la Cuenta Pública 2023.
El señalamiento se concentró en el contrato FIT-GARMOP-OP-Z-17-2022, relacionado con trabajos de corrección, pendiente y conexión de la Línea Z, uno de los tramos estratégicos del proyecto interoceánico. Según el dictamen de la ASF, los pagos efectuados presentaron inconsistencias, debido a que los equipos y materiales empleados no correspondieron con los establecidos en los precios unitarios contratados, situación que derivó en pagos considerados en exceso.
De acuerdo con la auditoría, la entidad ejecutora intentó solventar la observación mediante la entrega de documentación complementaria, como reportes técnicos y evidencia fotográfica. No obstante, el órgano fiscalizador determinó que dicha información no acreditó de manera suficiente que los trabajos se hubieran realizado conforme a las especificaciones técnicas originalmente pactadas.
Entre las principales deficiencias identificadas, la ASF señaló la falta de coincidencia entre los equipos reportados y aquellos considerados en los análisis de precios unitarios, así como omisiones en la identificación precisa de los tramos intervenidos, lo que impidió verificar plenamente la correcta aplicación de los recursos públicos.
El monto observado, por 8 millones 564 mil pesos, permaneció clasificado como un probable daño a la Hacienda Pública Federal, al no haber sido aclarado ni recuperado durante el proceso de fiscalización. Este señalamiento formó parte de un conjunto más amplio de observaciones realizadas por la ASF a las obras ferroviarias del Istmo de Tehuantepec.
El informe indicó que, pese a los argumentos presentados por la dependencia responsable, las inconsistencias técnicas y documentales persistieron, por lo que el caso se mantuvo abierto dentro del procedimiento de revisión y seguimiento de responsabilidades.
Este nuevo hallazgo cobró especial relevancia al producirse en un contexto de observaciones similares dadas a conocer semanas antes por la ASF en otros contratos del mismo proyecto. La reiteración de señalamientos en un periodo corto reforzó la percepción de posibles problemas estructurales en el control, supervisión y documentación del gasto público asociado a la obra.
La acumulación de observaciones encendió alertas sobre la gestión administrativa de uno de los proyectos de infraestructura más relevantes del país, especialmente por la magnitud de los recursos comprometidos y la importancia estratégica del Corredor Interoceánico.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec fue concebido como una plataforma clave para la integración logística del sur-sureste, con una inversión multianual considerable y una conclusión proyectada hacia 2025.
Precisamente por su carácter prioritario, el proyecto quedó sujeto a un escrutinio reforzado por parte de los órganos de fiscalización.
La ASF subrayó que la correcta integración de precios unitarios, el uso de materiales y equipos conforme a contrato y la existencia de evidencia técnica verificable constituyeron elementos indispensables para garantizar la transparencia y eficiencia del gasto público. La falta de correspondencia entre lo pagado y lo ejecutado, advirtió, debilitó la rendición de cuentas y abrió la puerta a posibles responsabilidades administrativas o resarcitorias.
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