—#LadyFraude en el ITCJ
—De expedientes fantasma y palancas invisibles
Dicen que en el ITCJ no sólo se dictaminan plazas, también se refritean comedias sindicales. Y como toda buena obra necesita protagonista, aparece en escena la reina de la temporada: #LadyFraude. Siempre elegante, cabellos risos, con sobre lleno de constancias mágicas y el superpoder de convertir la falta de méritos en experiencias académicas y laborales “comprobadas” (comprobadas por ella, claro).
Al abrirse el telón dicen que la elección fue tan cerrada que el voto decisivo todavía anda con cita en traumatología… pero alcanzó a firmar el acta para que Javiercito y Ponchito estrenaran palco en la Comisión Dictaminadora.
Ya montados prometieron obsequiar plazas a todos los que votaron por ellos, pero la letra chiquita decía: “Aplica sólo para familiares y uno que otro favorito” al final, resultó que el ‘todos’ significaba ‘todos los míos’… y los demás, pues aplaudan.
A media función entra la reina ‘Fati’ la Heredera del Curriculum Extensible, aspirante a plaza de tiempo completo. Participó en dos convocatorias: una abierta como portón de rancho, otra cerrada como taquería en lunes. El detalle es que sus papeles tenían más fantasía que “La Rosa de Guadalupe”: constancias académicas y trabajos invisibles, evidencias que jugaban a las escondidas o estaban en modo avión.
Nos dicen que su expediente traía más hoyos que una calle de Juárez en temporada de lluvias.
La Comisión, que ese día desayunó reglamento con chile colorado, dictaminó tres veces: “no promovida”. Y claro, el auditorio estalló a carcajadas.
Pero nuestra diva #LadyFraude no se rinde. Rumores de pasillo recuerdan que en la sección 61 Javiercito es el -mandamás- que hasta producen cartillas que parecen extraídas del bingo dominical. Ella sonríe y dice: “No es trampa, es flexibilidad documental”.
Nos dicen que cuando el proceso es cerrado, lo que debe abrirse es la transparencia; cuando una plaza se otorga, lo que debe probarse es el mérito; y cuando alguien se acomoda, lo que incomoda es el cochupo.
Afirman que algunos expedientes son tan pesados que ni el diablo los carga… pero tampoco prueban nada.
La moraleja baila como cumbia:
• La única palanca válida es la capacidad.
• La única constancia que vale es la comprobable.
• La única influencia aceptable es la del buen ejemplo.
Si hay que trendingear, que sea para reír, no para llorar. Que #LadyFraude se quede como chiste editorial y no como manual sindical.