Productores agrícolas y de autopartes mexicanos lanzaron un urgente llamado al “diálogo” este domingo para evitar que la guerra comercial desatada por Donald Trump se agrave aún más. El presidente estadounidense impuso aranceles del 25% a México y Canadá, buscando presionar a sus socios del T-MEC para frenar la migración ilegal y el narcotráfico. Estos sectores, que se cuentan entre los más afectados por la medida, insisten en la necesidad de encontrar una solución antes de que la situación se convierta en una crisis económica.
El impacto de los aranceles no solo afectará a los productores mexicanos, sino que también podría poner en riesgo millones de empleos en la región. De acuerdo con la Industria Nacional de Autopartes (INA) y el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), las repercusiones serán devastadoras para la competitividad de América del Norte, una de las zonas económicas más dinámicas del mundo. La industria automotriz, emblemática del T-MEC, es la más golpeada: en 2023, exportó 36,000 millones de dólares a Estados Unidos y representa el 5% del PIB mexicano.
México y Canadá ya anunciaron represalias comerciales, lo que podría intensificar aún más la disputa. La incertidumbre en torno al futuro de las relaciones comerciales está generando preocupación entre las empresas y los trabajadores que dependen del libre comercio en la región. El presidente López Obrador ha subrayado que México buscará una solución diplomática, pero no descarta defender sus intereses en caso de ser necesario.
El panorama parece sombrío, y mientras el presidente Trump insiste en que la medida busca garantizar la seguridad en la frontera, los sectores afectados exigen respuestas inmediatas para evitar un daño irreparable a las economías de ambos países. La tensión comercial entre México y Estados Unidos podría tener efectos de largo plazo que van más allá de lo económico, afectando las relaciones diplomáticas y políticas.
Los aranceles impuestos por Trump no solo han exacerbado la relación bilateral entre las naciones, sino que también han generado un clima de incertidumbre entre los trabajadores de la industria automotriz y agrícola. La competitividad de América del Norte, que ha sido uno de los principales motores de crecimiento en las últimas décadas, está en juego.
La pelota ahora está en la cancha de Trump, quien podría estar poniendo en riesgo un modelo comercial que ha beneficiado tanto a México como a Estados Unidos. Los próximos días serán cruciales para definir si se logra evitar una guerra comercial total o si las represalias siguen escalando hasta desbordar los límites del T-MEC.