Ciudad Juárez, Chihuahua. Lo que inició como un proyecto controversial hoy es uno de los símbolos más reconocibles de Ciudad Juárez. El Monumento a la Mexicanidad, conocido popularmente como la X, se ha consolidado con el paso del tiempo como un referente visual, cultural y de identidad para los juarenses.
La obra fue diseñada por el escultor mexicano Enrique Carbajal “Sebastián” y construida durante la administración municipal de Héctor “Teto” Murguía Lardizábal, con recursos principalmente del Municipio. Desde su inauguración en 2013, la estructura de gran formato se levantó frente al río Bravo como una declaración simbólica de identidad nacional y frontera.
En sus primeros años, el monumento generó fuertes críticas debido a su costo y a la percepción de que los recursos públicos pudieron destinarse a necesidades más urgentes. Sin embargo, con el tiempo, la X comenzó a integrarse a la vida cotidiana de la ciudad como punto de referencia, espacio para eventos culturales y escenario de encuentros ciudadanos.
La apropiación social del monumento fue clave para su transformación simbólica. La X dejó de ser solo una escultura monumental para convertirse en una imagen asociada directamente con Ciudad Juárez, presente en logotipos, campañas institucionales, eventos oficiales y expresiones culturales.
Esta consolidación como emblema urbano ha derivado en la construcción de varias X de menor tamaño en distintos puntos de la ciudad, colocadas en accesos, plazas y espacios públicos como símbolos del municipio. Estas réplicas refuerzan la identidad visual de Juárez y funcionan como elementos de reconocimiento territorial.
A más de una década de su inauguración, la X representa cómo una obra pública puede evolucionar en la percepción ciudadana, pasando de la polémica al arraigo colectivo. Hoy, la figura se mantiene como uno de los íconos más visibles de Ciudad Juárez, reflejando el carácter fronterizo, resiliente y simbólico de la ciudad.
