El estremecedor caso del crematorio Plenitud, donde fueron encontrados 386 cuerpos sin haber sido incinerados, escaló rápidamente al centro del debate político. Fueron los diputados de Morena los que se encargaron de politizar este doloroso episodio, agravando aún más el sentir de las personas en la frontera.
Ayer los legisladores guindas liderados por Cuauhtémoc Estrada, Coordinador de la bancada de Morena en el Congreso del Estado, anunciaron en conferencia de prensa que solicitar a la Fiscalía Generar de la república que atraiga el caso.
Desde que empezó esta triste historia en la frontera se respira indignación. El caso que debería estar enfocado en la reparación del daño y el esclarecimiento de responsabilidades fue rápidamente tomado por la bancada morenista que, entre conferencias y llamados a la Fiscalía Federal, busca capitalizar el escándalo.
No pasa desapercibido el despliegue de unidad de los legisladores guindas, encabezados por Cuauhtémoc Estrada, quienes han salido a escena como los nuevos portavoces de las víctimas, ofreciendo asesoría, acompañamiento y hasta un hombro político.
Mientras la identificación de los cuerpos avanza con lentitud y la zozobra carcome a las familias, la estrategia parece estar más enfocada en señalar al gobierno estatal y en salpicar a sus adversarios que en construir soluciones.
Que la tragedia haya llegado al Congreso no es casualidad. El caso Plenitud ofrece una vitrina inmejorable para exhibir fallas institucionales, exigir la participación federal y posicionarse como defensores de los agraviados.
La exigencia de que Alejandro Hertz Manero y la Fiscalía General de la República (FGR) intervengan se convierte en bandera para redoblar la presión y mantener la atención mediática. Aquí, cada declaración es un boleto para el protagonismo y cada pronunciamiento una oportunidad para anotar puntos en el tablero político. Así las cosas.