Washington, D.C.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado este sábado el bombardeo de tres instalaciones nucleares clave en Irán, en lo que ya se considera una de las operaciones militares más audaces de su segundo mandato. Los ataques aéreos se dirigieron contra los sitios de Fordo, Natanz y Esfahan, todos ellos asociados con el programa nuclear iraní. “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque”, celebró el mandatario a través de sus redes sociales.
La ofensiva, según detalló Trump, consistió en una “carga completa de bombas” sobre la instalación principal en Fordo, mientras que todos los aviones militares “regresaron a casa de forma segura”. Este movimiento ocurre apenas 30 horas después de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmara que el presidente se tomaría dos semanas para decidir cómo responder a la tensión en la región. Esa promesa resultó efímera.
Trump justificó la acción militar con una felicitación a las fuerzas armadas estadounidenses: “¡No hay otro ejército en el mundo que pudiera haber hecho esto! Ahora es el momento de la paz”. No obstante, el ataque plantea serias dudas sobre las posibilidades reales de diálogo en la región y evidencia el respaldo total de Trump a Israel, particularmente a su primer ministro, Benjamín Netanyahu, a quien considera su aliado estratégico número uno.
La escalada bélica ocurre en medio de una profunda crisis en Oriente Próximo, agudizada por el ataque israelí a Irán a inicios de semana, el cual cerró abruptamente las negociaciones nucleares entre Teherán y Washington. En varias ocasiones, Trump había afirmado que un nuevo acuerdo nuclear estaba cerca y que incluso había pedido contención a Netanyahu. Pero todo parece haber cambiado.
Esta ofensiva marca un viraje respecto a la imagen de Trump como líder aislacionista, reacio a involucrarse en conflictos internacionales. Sin embargo, su estrecha relación con Netanyahu y la determinación de mantener la supremacía militar de Estados Unidos lo han llevado a comprometerse directamente con el conflicto. En palabras del propio Netanyahu: “Estados Unidos ha hecho suyas nuestras advertencias y logros”.
Cabe recordar que Trump ya había abandonado el acuerdo nuclear multilateral con Irán en 2018, durante su primer mandato, rompiendo con la estrategia de contención diplomática impulsada por su antecesor Barack Obama. Hoy, con este ataque, no solo se entierra cualquier esperanza de reactivar ese pacto, sino que se abre un nuevo capítulo de confrontación directa con consecuencias impredecibles para la paz mundial.