Donald Trump regresó a la Casa Blanca con un ambicioso objetivo bajo el brazo: enviar astronautas estadounidenses a Marte para plantar la bandera de las “estrellas y franjas”. Durante su discurso de investidura en el Capitolio, el 47º presidente de Estados Unidos declaró que la “era dorada de Estados Unidos” comenzará con esta histórica misión interplanetaria, un plan que ha sido recibido con entusiasmo por su aliado y donante principal, Elon Musk.
“Perseguiremos nuestro destino manifiesto a las estrellas”, afirmó Trump ante una multitud eufórica. “Enviaremos astronautas estadounidenses a plantar nuestra bandera en el planeta Marte, porque Estados Unidos no solo liderará la Tierra, sino también el cosmos”.
El respaldo de Musk: el motor detrás del sueño marciano
Elon Musk, magnate tecnológico y director ejecutivo de SpaceX, no perdió tiempo en elogiar el plan de Trump. Desde el Capital One Arena de Washington, donde Trump se reunió con sus seguidores después de la ceremonia, Musk declaró: “¿Pueden imaginar lo impresionante que será que los astronautas norteamericanos planten la bandera en otro planeta por primera vez? Esto asegurará el futuro de la civilización”. Entre aplausos y saltos eufóricos, Musk simuló plantar una bandera en el suelo, desatando ovaciones del público.
El multimillonario también mencionó que el proyecto incluirá a su criptomoneda favorita: “Llevaremos también a DOGE a Marte”, dijo, bromeando sobre su conocida inclinación por las criptomonedas.
Un legado interplanetario
La visión de Trump, alineada con las ambiciones de Musk, busca priorizar Marte sobre otros objetivos espaciales, como el regreso a la Luna, argumentando que este es el próximo gran salto para la humanidad. Musk, quien ha descrito la colonización del planeta rojo como un “seguro de vida para la civilización”, ha instado al gobierno a redirigir los fondos de la NASA hacia este objetivo. Según el sitio web de SpaceX, Marte es un planeta que, con algunas modificaciones, podría volverse habitable para la humanidad.
Sin embargo, el Congreso estadounidense se muestra dividido. Mientras algunos legisladores ven la idea como un movimiento estratégico frente a las crecientes ambiciones espaciales de China, otros se preocupan por el costo y la viabilidad de un proyecto de esta magnitud. A pesar de las dudas, Trump ha dejado claro que esta misión será una de las prioridades de su administración.
Polémicas y críticas
No todo fue entusiasmo durante la jornada. Las redes sociales explotaron tras un gesto de Musk que algunos interpretaron como una imitación del saludo al sol nazi, lo que generó controversia inmediata. A esto se suman críticas de sectores que consideran que priorizar la conquista de Marte sobre problemas terrestres, como el cambio climático o la pobreza, es un desatino.
Por ahora, la idea de plantar la bandera estadounidense en Marte parece ser el inicio de una nueva era espacial, en la que Estados Unidos busca reafirmar su liderazgo no solo en el planeta, sino más allá de las estrellas.