Washington, EE.UU. — En el riguroso mundo del espionaje y la seguridad nacional, incluso los mejores amigos del hombre deben demostrar que están a la altura. Tal fue el caso de Lulu, una adorable labrador negra que ingresó con entusiasmo al programa K9 de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en 2017… pero simplemente no estaba interesada en la tarea.
Aunque contaba con salud, inteligencia y carisma, Lulu mostró desde el inicio una marcada indiferencia hacia el entrenamiento para detección de explosivos. La CIA intentó todo para motivarla, pero el instinto de juego y descanso de Lulu era más fuerte que su llamado al deber.
Finalmente, la agencia optó por retirarla del programa, reconociendo que no todos los canes están hechos para este tipo de misiones. La decisión fue anunciada en redes sociales, donde se ganó el cariño del público por su ternura y autenticidad.
“Este no es el trabajo para el que están destinados algunos perros”, admitió la CIA en un comunicado.
Lejos de los cuarteles, Lulu encontró su lugar: fue adoptada por su cuidador y desde entonces vive feliz, correteando ardillas y jugando con los niños de la familia. Una historia que nos recuerda que, a veces, no se trata de servir… sino de ser feliz.
