El destructor USS Spruance partió de la Base Naval de San Diego el 22 de marzo para unirse al USS Gravely en el Golfo de México, como parte de una estrategia de seguridad fronteriza del gobierno de Estados Unidos.
Ambos buques, equipados con tecnología avanzada y equipos de la Guardia Costera, tienen la misión de enfrentar amenazas marítimas y frenar el contrabando de drogas en la frontera sur. El despliegue responde a órdenes ejecutivas y a la declaración de emergencia nacional, reflejando la determinación del país en controlar las rutas ilegales utilizadas por organizaciones criminales.
El USS Spruance, con un arsenal de misiles Tomahawk y sistemas de defensa de última generación, es una pieza clave en la estrategia naval estadounidense para garantizar la seguridad en aguas internacionales.