CIUDAD DE MÉXICO — Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, la reacción de la presidenta Claudia Sheinbaum ha generado una ola de descontento entre la población. La mandataria prometió “investigar hasta las últimas consecuencias” y aseguró que el crimen “no quedará impune”, pero muchos ciudadanos consideran que se trata de la misma respuesta de siempre ante la creciente violencia política en el país.
En redes sociales, miles de usuarios manifestaron su frustración por lo que perciben como una falta de acciones concretas por parte del gobierno federal. “Siempre dicen lo mismo cuando matan a un político o periodista, pero nunca vemos resultados”, escribió una usuaria en X (antes Twitter).
El caso de Carlos Manzo ha conmovido a Michoacán y al país entero, no solo por la brutalidad del ataque, sino también por las advertencias que el propio alcalde había hecho sobre amenazas de muerte y la falta de protección que denunció en vida.
Para muchos, la respuesta de la presidenta repite el patrón de anteriores administraciones: mensajes de condolencia, promesas de justicia y una investigación que, con el paso de las semanas, pierde fuerza mediática y judicial.
Analistas políticos señalan que la crisis de confianza hacia las instituciones se profundiza cada vez que se repite este ciclo. “El problema no es solo la violencia, sino la indiferencia estructural del Estado”, comentó un especialista en temas de seguridad.
Mientras tanto, en Uruapan, la comunidad exige justicia real y la intervención de autoridades internacionales, temiendo que el caso de Carlos Manzo se sume a la larga lista de crímenes políticos sin resolver en México.
