Washington D.C.— El jueves 5 de junio, la pelea entre el presidente Donald Trump y Elon Musk alcanzó un nuevo nivel cuando el mandatario amenazó con cancelar los contratos gubernamentales con las empresas del magnate, quien respondió con una decisión histórica: desmantelar la nave espacial Dragon.
“La forma más fácil de ahorrar miles de millones es cortar los subsidios a Elon”, declaró Trump desde el Despacho Oval.
En respuesta, Musk escribió en X:
“@SpaceX comenzará a desmantelar inmediatamente su nave Dragon”.
La nave Dragon es crucial para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Su desaparición pondría en jaque las misiones tripuladas de la NASA.
Trump: “Estoy muy decepcionado con Elon”
La relación entre ambos venía deteriorándose desde que Musk calificó de “abominación” el nuevo paquete fiscal promovido por la Casa Blanca. Trump lo acusó de anteponer sus negocios al bienestar nacional.
Juicio político y desplome de Tesla
Poco después, Musk respondió “sí” a una publicación que preguntaba si Trump debía enfrentar un juicio político. Aunque poco probable por el control republicano del Congreso, la declaración encendió la confrontación.
Tesla cayó un 14.3% en bolsa, mientras que Trump Media también perdió valor. Musk no se detuvo: acusó a Trump de deberle su victoria electoral y cuestionó abiertamente su liderazgo.
¿Adiós alianza, hola nuevo partido?
La ruptura entre Musk y Trump podría desmantelar una alianza estratégica entre Silicon Valley y el Partido Republicano. Musk, con más de 220 millones de seguidores, es una figura clave para conectar con el voto joven.
Una ruptura total podría tener efectos devastadores para la campaña republicana de 2026. El futuro de los contratos gubernamentales con SpaceX, Starlink y Tesla ahora está en el aire.