—La elección judicial está en el ojo del huracán
—Entre escándalos y desinformación van a las urnas
—Detallitos empañan la elección del domingo
Este jueves a la medianoche comenzó la veda electoral del proceso de elección judicial. En las horas previas a la jornada electoral del domingo 1 de junio, los operadores de Morena y del Prian intensificaron sus esfuerzos para distribuir acordeones con los nombres y números de los candidatos que sus seguidores deben votar a chaleco.
El activismo partidista en torno a la elección fue especialmente evidente en Morena, mientras que los sectores más conservadores del PAN y el PRI lanzaron una enérgica campaña de oposición, instando a los mexicanos a abstenerse de participar en la votación.
Vale destacar que esta elección impulsada por Andrés Manuel López Obrador desde la iniciativa estuvo llena de polémica, errores, manipulación, irregularidades por la mano negra del obradorato.
Es importante recordar que, para lograr que la reforma fuera aprobada por el Senado, López Obrador se vio obligado a aliarse con el ex panista Miguel Ángel Yunes. En el pasado, Yunes había sido uno de los más “apestados” por AMLO, pero, fiel a su estilo de considerar que “el fin justifica los medios”, Morena estableció esta alianza estratégica para sacar adelante la reforma.
Los Yunes se doblaron ante Morena toda vez que la familia peligraba con parar en la cárcel, a cambio de su apoyo, se retiraron las órdenes de aprehensión contra su familia. Este fue el primer escándalo.
Los Yunes se doblaron ante Morena ante la amenaza de enfrentar la prisión. A cambio de su voto para aprobar la reforma judicial, se retiraron las órdenes de aprehensión en su contra, marcando así el primer gran escándalo del proceso.
Una vez aprobada la reforma, los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) perdieron la negociación por conseguir los recursos necesarios más de 13 mil millones de pesos para organizar la elección correctamente.
Del presupuesto solicitado, apenas se les asignaron 7 mil millones de pesos, lo cual resultó insuficiente. Es evidente que la estrategia detrás de los promotores de la reforma buscaba desalentar la participación ciudadana en las urnas, permitiendo así manipular los resultados a favor de los candidatos afines a Morena.
En esta elección, que es la primera del poder judicial, se instalará menos de la mitad de las casillas respecto a la elección presidencial del año pasado, lo que obligará a muchas personas a trasladarse más lejos para votar. Además, no habrá votación para ciudadanos en el extranjero ni conteo rápido, rompiendo con una tradición de 30 años en México.
Otro factor polémico fue la designación de candidatos. Los requisitos mínimos incluían presentar un ensayo, cinco cartas de recomendación y tener un promedio mínimo de 8 en la licenciatura.
Sin embargo, el proceso de selección estuvo en manos de dos comités controlados por Morena, mientras que el único comité independiente renunció. Para colmo, los candidatos se eligieron, en gran parte, a través de tómbolas, dejando la decisión al azar, lo que resultó en boletas con nombres de abogados ligados al narcotráfico y otros con antecedentes penales.
Y como ya lo comentábamos párrafos arriba, la campaña electoral estuvo plagada de irregularidades. La federación a través de sus servidores públicos y de la nación desplegó un operativo para promocionar a candidatos cercanos a Morena, distribuyendo “acordeones” por todo el país.
Estos folletos incluyen listas de nombres a favor de Morena y, según múltiples denuncias, funcionarios públicos los repartieron en horarios laborales utilizando infraestructura gubernamental. El INE está investigando estas acusaciones, que ya han generado denuncias formales.
Por otro lado, las campañas fueron desiguales y limitadas. Los candidatos solo pudieron usar recursos propios, sin acceso a medios masivos ni debates. Pero hubo algunos aspirantes que son funcionarios del poder judicial y que utilizaron recursos públicos para promocionarse.
Por su parte los candidatos desconocidos debieron conformarse con volanteo y publicaciones en redes sociales.
Otra broncota será la complejidad de las boletas y el proceso de votación ya ha generado confusión entre la ciudadanía, quienes recibirán entre nueve y trece boletas dependiendo de su lugar de origen. A lo anterior súmele el desconocimiento de los candidatos.
Así que no cabe duda de que la primera elección judicial en México se llevará a cabo en un entorno marcado por inequidades, desorganización y cuestionamientos sobre su legitimidad.