—Una reforma sin respaldo popular
—Andy López Beltrán estuvo a prueba
—Sepultan la carrera judicial
Los ecos de la elección del pasado domingo aún resuenan con fuerza, poniendo en duda la escasa participación ciudadana. Muchos se cuestionan: ¿dónde quedaron los 36 millones de votantes que supuestamente respaldaban la reforma judicial?
De acuerdo con las cifras oficiales del INE, la participación ciudadana apenas alcanzó el 13% del padrón electoral, lo que equivale aproximadamente a 13 millones de mexicanos.
Durante un año, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que los 36 millones de mexicanos que votaron por ella en las elecciones presidenciales también avalaban la reforma judicial que impulsó en su campaña. Sin embargo, ayer votó apenas una tercera parte de esa cifra.
Con el bajo porcentaje de participación, el gobierno no logró legitimar el proceso electoral. Sheinbaum utilizó como referente la cifra de votos obtenidos por la oposición en la elección de 2024, sin considerar los votos que ella obtuvo en la elección presidencial.
Si hubieran alcanzado esos 36 millones de votos, podrían haber argumentado que el pueblo respaldaba toda la reforma, pero no ocurrió así.
Quedará escrito en la historia, el pueblo bueno y sabio no salió masivamente a las urnas. Brillaron por su ausencia esos millones de electores de los que tanto se habló la presidenta. En comparación, incluso la revocación de mandato de López Obrador atrajo a casi 17 millones de votantes, mucho más de los que participaron en esta elección judicial.
Vale destacar que en México hay casi 100 millones de electores, y según los números del INE de la elección de este domingo apenas el 13% de esas personas participaron en este proceso para elegir a los jueces, magistrados y ministros. Una cifra insuficiente para justificar un cambio tan trascendental.
A la baja participación súmele los votos nulos que están apareciendo en las urnas como “gremlins”, estos serán también tema de polémica y de crítica a la elección.
La elección fue vista como el debut de Andy López Beltrán, heredero de López Obrador. Tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad para movilizar votantes, pero no lo logró. La elección judicial fue cuestionable y considerada un atropello a la democracia.
Sin embargo, la oposición, representada por el PAN y el PRI, calificó este proceso como una simulación y un montaje grotesco. Señalaron las irregularidades, la falta de información y la escasa participación como prueba de que esta elección carece de legitimidad. Según ellos, fue un ejercicio diseñado para consolidar una imposición y no un acto democrático genuino.