URUAPAN, Michoacán.– Un mes antes de su asesinato, el alcalde independiente de Uruapan, Carlos Manzo, reveló públicamente que había recibido amenazas de muerte contra él y su familia, incluyendo una advertencia sobre su hijo de apenas un año de edad. Las declaraciones del edil, hechas el 1 de septiembre de 2024, hoy resuenan como una sombría premonición de lo que ocurriría semanas después.
Durante una conferencia, Manzo relató que había recibido dos llamadas telefónicas anónimas con mensajes directos de intimidación:
“El primero de septiembre anuncié que recibí dos llamadas amenazándome de muerte y amenazando que vendrían por mi hijo Plutarco, de un año. Es un bebé. Nos hacen una llamada de un número privado, donde me preguntan por mi hijo Plutarco, cómo estaba, y que vendrían por él muy pronto.”
El testimonio del alcalde reflejaba el nivel de presión y hostigamiento al que estaba siendo sometido por grupos criminales que operan en la región. La amenaza contra su hijo evidenciaba la crueldad y alcance de la violencia en Michoacán, donde incluso las familias de los funcionarios públicos se han convertido en blanco de los ataques.
Sin apoyo federal pese a las advertencias
En esa misma ocasión, Carlos Manzo pidió la intervención del Gobierno federal para investigar los actos ilícitos que, según él, habían tomado control del municipio. Denunció que su administración carecía de recursos y respaldo institucional para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
“Estamos solos. Hemos pedido apoyo y no llega. Aquí la gente tiene miedo, pero también cansancio. No podemos seguir viviendo bajo amenaza”, dijo entonces.
Las súplicas del edil fueron ignoradas por las autoridades federales, y un mes después, el 1 de noviembre, fue asesinado durante un evento del Día de Muertos en el centro de Uruapan, en un ataque que conmocionó al país.
El caso de Carlos Manzo se ha convertido en símbolo de la vulnerabilidad de los gobiernos municipales frente al crimen organizado y de la indiferencia institucional que muchas veces los deja librando una guerra solos, sin protección ni respuesta.
